Palmera es un municipio de la comarca de La Safor con un paisaje agrario que se caracteriza por el cultivo centenario de varias especies de los cítricos más emblemáticos del territorio valenciano. Convergente a este modelo de cultivo se han establecido históricamente ejemplares de aves cantoras, las cuales se encuentran actualmente amenazadas por la incidencia de los agentes contaminantes propios de nuestros tiempos.
Partiendo de este contexto, y en consonancia con nuestra línea de trabajo, cuando nos propusieron la realización de un mural en una plaza del núcleo antiguo del pueblo consideraremos que las protagonistas debían de ser estas especies endémicas, dado que, el modelo de cultivo y la biodiversidad asociada a él conforma una parte central de la identidad de los vecinos.
Siguiendo con la estética de un herbario o un animalario se ha compuesto un mural con el asesoramiento de diferentes agentes sociales como por ejemplo la fundación Citrus Todolí y miembros del propio consistorio, que nos ayudó a decantarse por las siguientes especies: Por un lado pájaros cantores como el verdecillo, el pardillo, la jilguero, el petirojo, el pinzón y el verderón; por otro lado, los diversos grupos varietales de cítricos más representativos geográficamente: el pumelo, el poncil, el limón, la limeta, la naranja de la sangre y la mandarina.
Todos estos ejemplares se ven acompañados por sus correspondientes nombres científicos y las acepciones locales más comunes para denominarlos, así como, por la paleta cromática que los caracteriza, que por un lado nos ayuda a identificarlos tanto en la composición mural como en la naturaleza, y por otro, aporta un toque contemporáneo a la imagen final mostrando al espectador uno de los aspectos técnicos más potenciados del trabajo artístico, el uso del color.